miércoles, 6 de febrero de 2019

ENTENDER LA HISTORIA




Para aprender de la historia debemos conocerla, de lo contrario cuando documentemos la nuestra carecerá de toda credibilidad.


     El mundo no solamente esta globalizado en materia de comunicaciones, consumo y otros tantos elementos del  desarrollo humano sino que además se globaliza en materia de conflictos entre países.

     Pero esto no es nuevo desde que las dos grandes guerras mundiales implicaron a distintas naciones a favor de unos y otros, la historia cambia completamente hasta nuestros días.

     Los grandes imperios de la antigüedad buscaban su expansión no solo territorial sino cultural y religiosa en muchos casos, conquistar el mundo conocido y descubrir lo desconocido parecía estar en el ADN de los gobernantes de la época.

     Pero aunque los siglos han ido pasando y dejando constancia clara de lo ocurrido a través de la historia, parece ser que poco vamos aprendiendo de los errores cometidos en cada relato. Hoy vemos con claridad que todo lo que se ha escrito y documentado poco sirve para salvar al hombre de caer en las equivocaciones que cometieron sus antepasados.

     Se globalizan los conflictos a tal punto que cualquier apoyo a unos u otros contendientes, es más entendible que mantenerse dentro de la neutralidad, parece necesario posicionarse a favor o en contra. Pero quien se posicione a favor del diálogo, a favor de salidas diplomáticas o incluso a favor de discutir los temas que dividen  de manera clara y abierta, es considerado enemigo por ambas partes.

La frase repetida tantas veces que encierra esta premisa: “quien no está conmigo está contra mí.”

     Hoy los imperios buscan expandirse conquistando territorios a través del mercado, buscan la gente pero que no se mueva de su sitio, el consumismo es la base de la conquista, tal es así que no es necesario movilizar ejércitos sino que con un ordenador ya estamos invadiendo y tratando de  conquistar.

     No debemos olvidarnos de los recursos naturales que aunque estén dentro de un territorio establecido como nación, no siempre le pertenecen a ese estado sino que son recursos en muchos casos administrados por otros estados, camuflados en empresas extranjeras establecidas dentro del territorio con fines claramente de explotación del recurso.

     Como antes, se busca conquistar y obtener la mayor cantidad de recursos naturales posibles, sin invadir directamente ya que eso implicaría hacerse cargo de la población y eso realmente no importa.

     Cuando hoy las noticias viajan a gran velocidad a través de las actuales tecnologías, no tenemos la información suficiente para evaluarlas y recurrimos a lo que conocemos para formarnos una opinión, muchas veces inducida por los propios medios.

     Por eso la historia debe ser parte de nuestro conocimiento básico, ya que con ella en la mano podremos saber si estamos por cometer los mismos errores que antaño cometieron otros creyendo que hacían lo correcto.

     Pero si hay algo que debemos recuperar es la libertad de posicionarnos en el sitio donde se puedan encontrar soluciones, desde el dialogo y el respeto por las ideas, porque cuando nos hemos planteado otras opciones sabemos lo que terminó ocurriendo.

     Buscar la mejor salida siempre depende de todos y no de unos pocos desde un sillón en un despacho moviendo personas cual títeres en un teatro.

     El mundo es muy grande y seguramente hay millones de problemas, pero también hay millones de soluciones y muy alejadas de la confrontación bélica.

     Tenemos gobernantes en los sitios que cada pueblo ha querido que estén pero cuidado porque si nos equivocamos siempre podremos rectificar, de lo contrario no hemos aprendido nada.

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