Para aprender de la historia debemos conocerla, de lo contrario cuando documentemos la nuestra carecerá de toda credibilidad.
El mundo no solamente esta globalizado en materia de
comunicaciones, consumo y otros tantos elementos del desarrollo humano sino que además se
globaliza en materia de conflictos entre países.
Pero esto no es nuevo desde que las dos grandes guerras
mundiales implicaron a distintas naciones a favor de unos y otros, la historia
cambia completamente hasta nuestros días.
Los grandes imperios de la antigüedad buscaban su expansión
no solo territorial sino cultural y religiosa en muchos casos, conquistar el
mundo conocido y descubrir lo desconocido parecía estar en el ADN de los
gobernantes de la época.
Pero aunque los siglos han ido pasando y dejando constancia
clara de lo ocurrido a través de la historia, parece ser que poco vamos
aprendiendo de los errores cometidos en cada relato. Hoy vemos con claridad que
todo lo que se ha escrito y documentado poco sirve para salvar al hombre de caer
en las equivocaciones que cometieron sus antepasados.
Se globalizan los conflictos a tal punto que cualquier apoyo
a unos u otros contendientes, es más entendible que mantenerse dentro de la
neutralidad, parece necesario posicionarse a favor o en contra. Pero quien se
posicione a favor del diálogo, a favor de salidas diplomáticas o incluso a
favor de discutir los temas que dividen
de manera clara y abierta, es considerado enemigo por ambas partes.
La frase repetida tantas veces que encierra esta premisa:
“quien no está conmigo está contra mí.”
Hoy los imperios buscan expandirse conquistando territorios
a través del mercado, buscan la gente pero que no se mueva de su sitio, el
consumismo es la base de la conquista, tal es así que no es necesario movilizar
ejércitos sino que con un ordenador ya estamos invadiendo y tratando de conquistar.
No debemos olvidarnos de los recursos naturales que aunque
estén dentro de un territorio establecido como nación, no siempre le pertenecen
a ese estado sino que son recursos en muchos casos administrados por otros
estados, camuflados en empresas extranjeras establecidas dentro del territorio
con fines claramente de explotación del recurso.
Como antes, se busca conquistar y obtener la mayor cantidad
de recursos naturales posibles, sin invadir directamente ya que eso implicaría
hacerse cargo de la población y eso realmente no importa.
Cuando hoy las noticias viajan a gran velocidad a través de
las actuales tecnologías, no tenemos la información suficiente para evaluarlas
y recurrimos a lo que conocemos para formarnos una opinión, muchas veces
inducida por los propios medios.
Por eso la historia debe ser parte de nuestro conocimiento
básico, ya que con ella en la mano podremos saber si estamos por cometer los
mismos errores que antaño cometieron otros creyendo que hacían lo correcto.
Pero si hay algo que debemos recuperar es la libertad de
posicionarnos en el sitio donde se puedan encontrar soluciones, desde el
dialogo y el respeto por las ideas, porque cuando nos hemos planteado otras
opciones sabemos lo que terminó ocurriendo.
Buscar la mejor salida siempre depende de todos y no de unos
pocos desde un sillón en un despacho moviendo personas cual títeres en un
teatro.
El mundo es muy grande y seguramente hay millones de problemas,
pero también hay millones de soluciones y muy alejadas de la confrontación
bélica.
Tenemos gobernantes en los sitios que cada pueblo ha querido
que estén pero cuidado porque si nos equivocamos siempre podremos rectificar,
de lo contrario no hemos aprendido nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario