La actual situación política española es
el claro reflejo de una sociedad dividida a la europea.
Los ciudadanos dijeron a los candidatos a
ocupar la Moncloa, casa del gobierno español, que querían que se entendieran y
aunaran esfuerzos para seguir sacando el país adelante, ya sea con nuevas o
viejas recetas pero que en definitiva no hay voluntad del electorado de darle
la mayoría absoluta a una sola fuerza política.
Pues bien, ¿que han hecho los lideres de
las distintas representaciones democráticas que aspiran a gobernar?, no
escuchar el mandato popular y enfrascarse en una guerra mediática y de
descalificaciones para acabar convocando a nuevas elecciones.
La izquierda nada quiere saber con la
derecha, pero ¿dónde está la izquierda? porque el partido socialista alcanzó un
acuerdo con Ciudadanos, una nueva fuerza identificada con la derecha más
elitista del país, con el fin alcanzar el gobierno pero quedó sin más apoyos
que el que le dio el partido de Albert Rivera.
Podemos acaba de hacer un pacto con
Izquierda Unida con el fin de ir juntos y sumar mas apoyos en las elecciones de
Junio, pero uno de los líderes más representativos de I.U. Gaspar Llamazares
fue crítico al decir que es un mal negocio para su partido porque podría
terminar absorbido por quienes definió como partido populista, en clara alusión
a Podemos.
La derecha gobernante , el Partido
Popular, que se mantuvo como partido de gobierno en funciones durante estos
meses, observó todo el tiempo la situación desde lejos como si esto no fuera
con ellos y la jugada según las encuestas les va saliendo bien ya que al
repetirse las elecciones sigue siendo la fuerza más votada pero sin mayoría
suficiente para gobernar en solitario.
Con este panorama la ciudadanía esta cada
vez más descreída de los políticos y el sistema, por lo que ahora los
candidatos no solo deberán convencer a los electores que los voten sino que
vayan a votar el 26 de Junio.
Según distintas encuestas la participación
de los habilitados para ejercer el derecho ciudadano de sufragio, podría
descender con respecto a las últimas elecciones generales.
Mientras tanto la política exterior de
España en los diferentes planos, comercial, económica, social, empresarial, de
desarrollo, etc., no tiene objetivos claros a mediano ni largo plazo, porque la
incertidumbre es muy evidente.
En materia de Europa los parámetros están
fijados hace ya tiempo y sin duda es lo único claro que hay hasta el momento,
en definitiva lo poco claro en materia de gobierno económico y social lo fijan
desde fuera del territorio español; paradójico verdad?
Habrá que estar atentos a las propuestas y
proyectos para los próximos años y no tanto a los nombres de los postulantes a
gobernar, sobre todo si esas propuestas contemplan un mínimo de lo que opina y
siente el pueblo español, porque en definitiva los grandes perjudicados
terminan siendo siempre los mismos.
Estados Unidos buscando una relación
comercial más directa con Europa, América Latina queriendo ingresar a través de
un tratado comercial a la Unión Europea en este caso a través del Mercosur, la
situación de los refugiados y quienes huyen de la barbarie de las guerras y
persecuciones políticas y un sin fin más de temas que no pueden tener a España
como un simple espectador.
Hay que tomar decisiones porque el mundo
se sigue moviendo mientras España se divide y fragmenta como un reality
televisivo, donde los espectadores europeos serán en definitiva quienes voten a
quien hay que expulsar del programa dejando en evidencia una gran falta de
identidad y orgullo.
Las bases de la democracia son muy simples
y sencillas, no querer comprenderlas o interpretarlas según conveniencia es en
definitiva el mayor mal que se le hace al pueblo soberano que al fin de cuentas
sufre cuando es ignorado.