miércoles, 3 de abril de 2013

Pensamientos sueltos (Editorial)

     La realidad supera la ficción…Esta frase la he escuchado en reiteradas ocasiones desde que tengo uso de razón  y siempre ha tenido de fondo situaciones trágicas para el Hombre.
     No esta tan lejos en mi memoria la guerra de Irak retransmitida casi en directo para todo el mundo como una novela bélica contemporánea; hoy menciono este hecho puntual como simple ejemplo ya que los conflictos en el mudo no cesan nunca, aunque no salgan en los medios de comunicación.
     Pero volviendo a la guerra; hoy asistimos nuevamente como espectadores VIP, a otro posible enfrentamiento armado de repercusiones insospechadas, ya que sobre las amenazas y escaramuzas diplomáticas entre los gobiernos de Corea del Norte, EEUU y Corea del Sur,  sobrevuela el posible uso de armas atómicas.
     ¿Cómo vamos a dormir hoy?, seguramente tranquilos pensando en nuestros problemas cotidianos y sabiendo que mañana nos debemos levantar para vivir otro día igual o intentar que sea mejor que el anterior; pero claro otros pensarán ¿habrá mañana con lo que está pasando en estos países asiáticos?
     Seguramente preguntas que tendrán una infinidad de respuestas e incluso me atrevo a asegurar que la gran mayoría de la población mundial ni se las plantea.
     Seguramente sabiendo que los grandes perjudicados siempre serán los más débiles, el consuelo personal será pensar que esto siempre ha sido así.
     Estamos ante la generación de los videojuegos, telecomunicaciones, internet, tecnología aplicada a la educación, sistemas reales de desarrollo personal y humano individualizado y grupal a través de video conferencias, estimulados para consumir siempre con una sonrisa en nuestros labios, e incluso agregaría que no importa ya el por qué de las cosas sino que hemos aprendido a sentirnos mal sin saber qué hacer, porque es lo correcto.
     Hemos avanzado a pasos agigantados y no hemos aprendido nada. El pasado parece ser cada vez más el inmediato y no lo que nos han dejado hechos ocurridos un poco más atrás de la línea que nos marcamos como nuestro pasado.
     Simplemente reflexionar un minuto sobre la posible guerra, nos bajará a la realidad, que no conocemos o no nos muestran, del resto del mundo.

W.D.C.

lunes, 1 de abril de 2013

Conociendo "La Alergia"




Este artículo está publicado en el periódico escolar El Búho del Colegio Salliver Infantil, su autora el la Dra Patricia Pérez del Valle, pediatra de UGC de Las Lagunas, Málaga.
La página web del colegio es. www.colegiosalliver.com

El número de niños y niñas con alergia ha aumentado mucho en los últimos 20-30 años, sobre todo en los países occidentales por su “modo de vida”. En Europa más o menos 1 de cada 4 niños padece alguna de las enfermedades alérgicas como:

- Alergia a alimentos,
- Dermatitis atópica (una clase de eccema),
- Asma y
- Rinitis y conjuntivitis alérgica.

     La palabra alergia proviene del griego: alos =otro y ergos = reacción. Alergia quiere decir reacción diferente o reacción frente a lo diferente, es decir, frente a sustancias extrañas al organismo. A estas sustancias las denominamos antígenos y suelen ser proteínas presentes p.ej. en los alimentos o en el aire que respiramos como son los pólenes, hongos, caspa de animales o los ácaros del polvo.

     Estas sustancias pueden penetrar por distintas partes del organismo: piel, aparato digestivo, respiratorio, mucosas, etc. y el sistema inmunológico las reconoce como extrañas e intenta neutralizarlas. En las personas alérgicas estos mecanismos se vuelven dañinos contra el propio organismo y causan los síntomas de alergia.

“No es alérgico el que quiere sino el que puede”. Para ser alérgico tiene que haber una predisposición genética, que se denomina atopia.

¿Cómo se manifiestan las enfermedades alérgicas?

Los síntomas de estas enfermedades son muy diversos: desde la sensibilización asintomática (no se manifiesta ningún síntoma), hasta las reacciones alérgicas mortales (anafilaxia), pasando por una amplia variedad de síntomas.

1. En el niño de corta edad (lactante y preescolar) son síntomas sugestivos:
- La alergia alimentaria: se manifiesta con inflamación de labios, ojos o la cara, ronchas en la piel (urticaria) que pican, vómitos o diarrea, angioedema o anafilaxia, tras la ingesta del alimento.
- La dermatitis atópica: eccema en la piel, diferente a la urticaria y que produce mucho picor.
- Los sibilantes (“pitos” en el tórax acompañados de tos y fatiga al respirar), que suelen aparecer con las infecciones víricas.

2. El escolar y el adolescente pueden tener:
- Asma: tos, fatiga y “pitos” en el tórax.
- Rinitis y conjuntivitis alérgica: picor nasal y ocular, congestión nasal, estornudos, lagrimeo y ojos rojos.
- Alergia a alimentos, medicamentos, látex o picadura de himenópteros entre otras.



¿En qué época del año aparece la alergia?


     Depende del alergeno. Unos están presentes todo el año, como los animales en casa, otros tienen subidas y bajadas a lo largo del año, como lo ácaros del polvo, que aumentan en otoño y primavera. Y otros son estacionales, como el polen de algunas plantas, que aparece en primavera.

     Sin embargo, hay que tener en cuenta que según el tipo de planta y el clima de la zona puede aparecer polen en dos épocas distintas del año (ciprés en primavera y otoño), en varias estaciones (gramíneas en primavera, verano y otoño), o todo el año (parietaria).


¿Hay que hacer pruebas de alergia? ¿En qué casos y a qué edad?

     Por lo general, las pruebas específicas de alergia se deben hacer en: todas las personas con síntomas alérgicos graves, persistentes o recurrentes; y en las que necesitan tratamiento preventivo contínuo, independiente de la edad del niño. Sólo en el 50% de los casos se confirma el origen alérgico de los síntomas de sospecha.


¿Cómo se trata la alergia?

     La alergia consta de tres tipos de tratamiento: el de alivio de los síntomas específicos, el de mantenimiento o antiinflamatorio contínuo, y el etiológico o de la causa, que puede ser de evitación del alergeno y de inmunoterapia o vacunas. Se adapta individualmente a cada paciente y lo instaura el pediatra, que en caso de necesidad, lo derivará al alergólogo infantil.