Esto se aplica a toda la
lengua castellana o española, aunque el artículo se refiere puntualmente a lo
que ocurre en Uruguay.
En España, cuna de la lengua española, no
se da ejemplo de lo que aquí se detalla ya que los medios, los políticos y la
mayoría de los actores sociales desoyen las recomendaciones de la RAE en esta
materia.
Artículo extraído de diario El País, Uruguay.
No existen las "juezas", tampoco las
"diputadas" y menos las "edilas", por lo menos para el
idioma español. El llamado lenguaje inclusivo, muy pregonado por la
administración pública uruguaya en los últimos años, sigue siendo cuestionado
por la Real Academia Española de Letras (RAE), según sostuvo el filólogo Darío
Villanueva, director del organismo, quien aseguró que "se le atribuye al
lenguaje la condición machista que no está en él" sino que "está en
la sociedad".
No obstante,
Villanueva reconoció que la organización que lidera está dispuesta a mantener
la depuración de los "residuos machistas" que quedan en el idioma.
"La lengua
es el resultado de un pacto; somos sus dueños y podemos cambiarla pero no por
decreto o ideología. El cambio es más lento y viene por un consenso
generalizado que se produce en una comunidad", dijo.
Villanueva, que
fue elegido director de la organización en enero pasado, participó como
invitado especial en un curso para periodistas desarrollado por la Universidad
Autónoma de Madrid y el diario El País de España. En la ocasión anunció que se
encuentra preparando una gira latinoamericano que lo llevará de visita a Chile
y Uruguay.
Con respecto a
los aspectos técnicos, Villanueva explicó que en español el morfema
"o" es el del género masculino y "a" del femenino, pero
"hay muchas palabras que el género no lo manifiesta a través de ese
morfema ya que son ambiguas".
En ese caso que
el género lo manifiesta el artículo que se pone delante, explicó Villanueva.
"Decimos juez y jueza o edil y edila, pero en buena ley no sería necesario
porque juez no lleva morfema de masculino, por eso es la juez o la edil",
ejemplificó.
El experto
aseguró que el lenguaje inclusivo pretende "violentar la estructura básica
gramatical del idioma" con giros donde el masculino es género inclusivo al
referirse a una comunidad donde están presentes los dos sexos.
Esa práctica
"lleva a dobletes insostenibles" provocando frases tales como
"los jueces y las juezas cuando juzgan a los delincuentes llaman a ellas y
a ellos". "Eso es imposible, las lenguas tienen un principio básico
de economía", sentenció el experto.
Stalin
La batalla por
la imposición de usos idiomáticos es muy antigua y la polémica entre sus
detractores también. El mismísimo premier soviético Joseph Stalin (1879-1953)
tiene un capítulo especial en esa lucha, según recordó el director de la RAE.
El líder soviético
debió publicar en el diario Pravda una serie de artículos para responder a
Nicolai Marr, un lingüista que procedía de la burguesía, que tras la revolución
se convenció tanto que comenzó a promover una refundación del idioma porque
sostenía que el ruso que se hablaba provenía de las clases opresoras y que
había que inventar el ruso del proletariado.
"Todo eso
lo cortó Stalin de manera tajante con sus artículos, dijo que la lengua no es
ni superestructura ni infraestructura, es una cosa distinta. Nosotros hemos
combatido a la burguesía con la lengua rusa que no vamos a tocar por razones
ideológicas. Separó las cosas", mencionó.