Comenzó el año 2017 lo que nos indica que el 2016 ha quedado atrás, hasta aquí todo claro y lógico. Para visualizarlo tenemos las agendas electrónicas o de papel y los calendarios.
En general al
cambiar de año se hace un descanso de unos días, donde se planifica aquello que
haremos en el nuevo año. Hay quienes a esto lo llaman fijarse metas, otros
simplemente marcarse objetivos.
Pero
reflexionando claramente vemos que la vida sigue adelante, con los mismos
problemas de ayer a resolver hoy y que por más que nos fijemos metas siempre
tendremos que tener presente el sentido común, la responsabilidad, la realidad
en la que vivimos, y algo que no es tan fácil de entender pero nunca se debe
perder, la ilusión.
Esa ilusión con la
que nos levantamos cada mañana para afrontar el nuevo día, y que hace además
que estemos siempre dispuestos a ver las cosas de distintos ángulos para buscar
la solución o la acción mas correcta en cada situación.
No creo en la
pasividad ante ciertas acciones que nos marcan el camino a seguir, no sin antes
intentar agotar, desde el razonamiento, todas la medidas que favorezcan la
concreción positiva de dichas acciones.
Somos parte de
una sociedad y como ciudadanos responsables debemos actuar, no solo por nosotros,
sino buscando la mejor manera de interactuar con el entorno social de una
manera positiva y enriquecedora.
Por eso fijarnos
metas a comienzos de año es simplemente revivir esa ilusión de alcanzar
objetivos claros que nos hagan sentir bien, y en general eso nos muestra lo
vulnerables que podemos llegar a ser ante quienes tienen sus metas fijadas a
largo plazo y no se mueven de sus posturas hasta alcanzarlas.
Están en esa
misma sociedad que compartimos pero lejos de adaptarse se centralizan en si mismos
resquebrajando ya sea consiente o inconscientemente la ilusión de quienes no
piensan o sienten igual.
Hay quienes por
otra parte piensan que debemos marcarnos pequeños objetivos cotidianos y al concretarlos estaremos en condiciones de
seguir marcándonos otros y otros, pero que en el tiempo no signifiquen un
desgaste o una preocupación, al contario deben hacernos sentir bien.
Cuando hoy el
mundo nos exige rapidez al momento de tomar decisiones, ya que nos da todas las
herramientas para ello, debemos hacer un alto y meditar, tomarnos nuestro
tiempo para decidir, de esa manera el mensaje que estamos enviando al resto es
que siempre hay un tiempo de reflexión y que lo tomaremos siempre que la
situación lo amerite.
Porque quienes han fijado sus metas a largo plazo querrán que tomemos decisiones rápidas, convirtiéndonos en una parte de sus herramientas para alcanzar sus logros.
No debemos ser
arrastrados ni manipulados sin nuestro consentimiento, hecho que por otra parte
no creo que haya nadie que lo acepte de manera racional o con conocimiento de
que ello esta ocurriendo.
En la vida
debemos quemar etapas, seguramente algunos podrán hacerlo en tiempo y forma y a
otros les habrán cortado la posibilidad de hacerlo, por eso las metas u
objetivos siempre nos indicarán que estamos en el camino que hemos elegido, ya
sea en el acierto o en el error, eso ya nos lo indicarán cada una de las metas
que alcancemos y logremos concretar.