jueves, 29 de agosto de 2013

Cómo cuidar la piel.

Recomendaciones prácticas para proteger la piel de los niños durante el verano. Cuidados sencillos y aplicables en un cien por cien.


  Además de los buenos hábitos de una alimentación equilibrada y saludable con ingesta de frutas y verduras, la ingesta de líquidos (agua, zumos, etc.) es unos de los principales componentes para mantener la hidratación adecuada de todo el cuerpo y por consiguiente de la piel.

Recordemos que el sol tiene efectos beneficiosos para el crecimiento de los niños pero la exposición al mismo no debe ser prolongada o excesiva.

Cinco recomendaciones prácticas para proteger la piel del sol :

* Evitar el horario del día donde los rayos solares caen de forma vertical y por lo tanto son más fuertes, en el intervalo comprendido entre las 11 y las 16 hrs. se debería evitar una exposición prolongada al sol.

* El uso diario de jabones de formulación pediátrica para todo tipo de piel, incluida piel sensible o con dermatitis, estos jabones son recomendables para la higiene habitual del niño ya que estas formulaciones no resecan ni dañan la piel. Ejemplo: V.E.A. detergente ( jabón líquido pediátrico )

* Cremas de protección solar: Elegir productos testados bajo control pediátrico, hipoalergénicos, resistentes al agua y a la transpiración.

*Protección solar para pieles fototipo 1 y 2 (Blanca y pelirroja): Factor de Protección Solar 50 plus (FPS 50+). Aplicar de 30 a 60 min. antes de la exposición solar y renovar la aplicación cada dos horas.

* Protección solar para pieles fototipo 3 y 4 (Moreno): Factor de protección a partir de 30. Aplicar 30 min antes de la exposición solar y renovar cada 3 hrs.

* Uso de gorros, camisetas: En las pieles más sensibles está recomendado el uso de gorros y camisetas incluso cuando el niño se esté bañando.

* Después de la exposición solar: Se recomienda cremas hidratantes para reparar los posibles daños productos de la exposición solar.

* Para enrojecimiento de la piel o sospecha de quemaduras se puede utilizar gel de Aloe Vera y consultar a su médico .

                                                                                                         Colaboración: Dr. Santiago Leal

miércoles, 3 de abril de 2013

Pensamientos sueltos (Editorial)

     La realidad supera la ficción…Esta frase la he escuchado en reiteradas ocasiones desde que tengo uso de razón  y siempre ha tenido de fondo situaciones trágicas para el Hombre.
     No esta tan lejos en mi memoria la guerra de Irak retransmitida casi en directo para todo el mundo como una novela bélica contemporánea; hoy menciono este hecho puntual como simple ejemplo ya que los conflictos en el mudo no cesan nunca, aunque no salgan en los medios de comunicación.
     Pero volviendo a la guerra; hoy asistimos nuevamente como espectadores VIP, a otro posible enfrentamiento armado de repercusiones insospechadas, ya que sobre las amenazas y escaramuzas diplomáticas entre los gobiernos de Corea del Norte, EEUU y Corea del Sur,  sobrevuela el posible uso de armas atómicas.
     ¿Cómo vamos a dormir hoy?, seguramente tranquilos pensando en nuestros problemas cotidianos y sabiendo que mañana nos debemos levantar para vivir otro día igual o intentar que sea mejor que el anterior; pero claro otros pensarán ¿habrá mañana con lo que está pasando en estos países asiáticos?
     Seguramente preguntas que tendrán una infinidad de respuestas e incluso me atrevo a asegurar que la gran mayoría de la población mundial ni se las plantea.
     Seguramente sabiendo que los grandes perjudicados siempre serán los más débiles, el consuelo personal será pensar que esto siempre ha sido así.
     Estamos ante la generación de los videojuegos, telecomunicaciones, internet, tecnología aplicada a la educación, sistemas reales de desarrollo personal y humano individualizado y grupal a través de video conferencias, estimulados para consumir siempre con una sonrisa en nuestros labios, e incluso agregaría que no importa ya el por qué de las cosas sino que hemos aprendido a sentirnos mal sin saber qué hacer, porque es lo correcto.
     Hemos avanzado a pasos agigantados y no hemos aprendido nada. El pasado parece ser cada vez más el inmediato y no lo que nos han dejado hechos ocurridos un poco más atrás de la línea que nos marcamos como nuestro pasado.
     Simplemente reflexionar un minuto sobre la posible guerra, nos bajará a la realidad, que no conocemos o no nos muestran, del resto del mundo.

W.D.C.

lunes, 1 de abril de 2013

Conociendo "La Alergia"




Este artículo está publicado en el periódico escolar El Búho del Colegio Salliver Infantil, su autora el la Dra Patricia Pérez del Valle, pediatra de UGC de Las Lagunas, Málaga.
La página web del colegio es. www.colegiosalliver.com

El número de niños y niñas con alergia ha aumentado mucho en los últimos 20-30 años, sobre todo en los países occidentales por su “modo de vida”. En Europa más o menos 1 de cada 4 niños padece alguna de las enfermedades alérgicas como:

- Alergia a alimentos,
- Dermatitis atópica (una clase de eccema),
- Asma y
- Rinitis y conjuntivitis alérgica.

     La palabra alergia proviene del griego: alos =otro y ergos = reacción. Alergia quiere decir reacción diferente o reacción frente a lo diferente, es decir, frente a sustancias extrañas al organismo. A estas sustancias las denominamos antígenos y suelen ser proteínas presentes p.ej. en los alimentos o en el aire que respiramos como son los pólenes, hongos, caspa de animales o los ácaros del polvo.

     Estas sustancias pueden penetrar por distintas partes del organismo: piel, aparato digestivo, respiratorio, mucosas, etc. y el sistema inmunológico las reconoce como extrañas e intenta neutralizarlas. En las personas alérgicas estos mecanismos se vuelven dañinos contra el propio organismo y causan los síntomas de alergia.

“No es alérgico el que quiere sino el que puede”. Para ser alérgico tiene que haber una predisposición genética, que se denomina atopia.

¿Cómo se manifiestan las enfermedades alérgicas?

Los síntomas de estas enfermedades son muy diversos: desde la sensibilización asintomática (no se manifiesta ningún síntoma), hasta las reacciones alérgicas mortales (anafilaxia), pasando por una amplia variedad de síntomas.

1. En el niño de corta edad (lactante y preescolar) son síntomas sugestivos:
- La alergia alimentaria: se manifiesta con inflamación de labios, ojos o la cara, ronchas en la piel (urticaria) que pican, vómitos o diarrea, angioedema o anafilaxia, tras la ingesta del alimento.
- La dermatitis atópica: eccema en la piel, diferente a la urticaria y que produce mucho picor.
- Los sibilantes (“pitos” en el tórax acompañados de tos y fatiga al respirar), que suelen aparecer con las infecciones víricas.

2. El escolar y el adolescente pueden tener:
- Asma: tos, fatiga y “pitos” en el tórax.
- Rinitis y conjuntivitis alérgica: picor nasal y ocular, congestión nasal, estornudos, lagrimeo y ojos rojos.
- Alergia a alimentos, medicamentos, látex o picadura de himenópteros entre otras.



¿En qué época del año aparece la alergia?


     Depende del alergeno. Unos están presentes todo el año, como los animales en casa, otros tienen subidas y bajadas a lo largo del año, como lo ácaros del polvo, que aumentan en otoño y primavera. Y otros son estacionales, como el polen de algunas plantas, que aparece en primavera.

     Sin embargo, hay que tener en cuenta que según el tipo de planta y el clima de la zona puede aparecer polen en dos épocas distintas del año (ciprés en primavera y otoño), en varias estaciones (gramíneas en primavera, verano y otoño), o todo el año (parietaria).


¿Hay que hacer pruebas de alergia? ¿En qué casos y a qué edad?

     Por lo general, las pruebas específicas de alergia se deben hacer en: todas las personas con síntomas alérgicos graves, persistentes o recurrentes; y en las que necesitan tratamiento preventivo contínuo, independiente de la edad del niño. Sólo en el 50% de los casos se confirma el origen alérgico de los síntomas de sospecha.


¿Cómo se trata la alergia?

     La alergia consta de tres tipos de tratamiento: el de alivio de los síntomas específicos, el de mantenimiento o antiinflamatorio contínuo, y el etiológico o de la causa, que puede ser de evitación del alergeno y de inmunoterapia o vacunas. Se adapta individualmente a cada paciente y lo instaura el pediatra, que en caso de necesidad, lo derivará al alergólogo infantil.




martes, 5 de febrero de 2013

La Disfemia o Tartamudez en los niños

     La tartamudez o disfemia es un trastorno de la comunicación que se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla que se acompañan, en ocasiones, de tensión muscular en cara y cuello.


     No se conocen las posibles causas del tartamudeo. Sin embargo, se sabe que la ansiedad influye y que cuando el niño está nervioso habla mucho peor.

     De hecho mucha gente de habla normal tartamudea en circunstancias de ansiedad. El sistema motor fino, que utilizamos para hablar, se descontrola fácilmente bajo circunstancias de estrés.

En esos momentos nos tiemblan las manos y cuando estamos nerviosos es difícil enhebrar una aguja.

     La tartamudez del desarrollo puede aparecer cuando el niño tiene entre 18 meses y 5 años de edad, y puede consistir en la repetición de palabras o frases, la pronunciación incorrecta u omisión de palabras o sonidos y el uso de algunas palabras difíciles de reconocer. En este periodo se desarrollan habilidades del lenguaje complejas.

     Las interrupciones podrían estar acompañadas, como se dijo en párrafos anteriores, de guiños rápidos de los ojos, temblores de los labios y/o de la mandíbula o muecas de la cara u otra parte superior del cuerpo, que una persona que tartamudea usa en un intento por hablar.

     Ciertas situaciones, como hablar en frente de un grupo de personas o hablar por teléfono, tienden a hacer que el tartamudeo se vuelva más severo, mientras que otras situaciones, como cantar o hablar solo, a menudo lo mejoran.

     La tartamudez puede presentarse en un niño que padece determinados problemas del habla, propios del desarrollo normal, a quien se lo presiona para que hable mejor.

     El niño se vuelve entonces consciente de su desempeño y se esfuerza por hablar mejor, lo que en realidad empeora su forma de hablar.

     La tartamudez del desarrollo y las dificultades del habla se presentan en alrededor del 90 por ciento de los niños, mientras que la tartamudez afecta sólo a aproximadamente el 1 por ciento y aparece con mayor frecuencia en los niños que en las niñas.

     Generalmente, los problemas del habla normales del desarrollo mejoran en dos a tres meses aproximadamente, sin embargo, es posible que el niño pronuncie algunas palabras de manera incorrecta durante varios años.

La tartamudez, en cambio, frecuentemente empeora en la edad adulta si no se la trata apropiadamente

    Cuando el inicio tiene lugar durante el período de latencia, normalmente, los síntomas se relacionan con el estrés, y tienen un curso benigno de 6 meses a 6 años de duración.

     Al principio, el niño no es consciente. El trastorno a menudo aumenta y disminuye durante la infancia, ya sea mejorando gradualmente durante la infancia, o empeorando, y conduciendo a un curso crónico. Los varones tienden a presentar formas más crónicas del trastorno, si bien cada niño es único y aprenderá a hablar cuando esté listo.

     Muchos niños tartamudean alguna vez y la mayoría supera el tartamudeo. Sin embargo, algunos de estos niños tartamudos no lo superan espontáneamente y necesitan de la ayuda de sus padres y, en algunos casos, la ayuda adicional de un patólogo del habla y lenguaje.

  RECOMENDACIONES:

*Bajar el nivel de exigencia.

*Escuchar sin apurar. Esperar a que el niño diga la palabra que está pensando. No tratar de completar los pensamientos del niño.

*Disminuir el estrés familiar. Ofrecer un ambiente doméstico relajado que proporcione un amplio número de oportunidades para el lenguaje del niño. Establecer un tiempo del día específico que los padres y los hijos puedan hablar libre de distracciones.

*Evitar a toda costa demostrarle a su hijo su preocupación por sus imprecisiones en el habla. Si demuestra preocupación, su hijo podría cohibirse y su tartamudez podría empeorar.

*Abstenerse de criticar o reaccionar de forma negativa a los problemas de lenguaje del niño. Los padres deben evitar pedirles a los niños que repitan las palabras tartamudeadas hasta que se hablen con naturalidad.

*No interrumpirlo cuando habla. No reaccionar de forma exagerada.

*Hablar lentamente y de una manera relajada. Si los padres hablan de esta manera, el niño también podría seguir el ejemplo y hablar de una manera lenta, relajada. No pedirle al niño que hable más lento, sino ofrecerles el modelo correcto.


Este material ha sido redactado por Cristina Herreros, orientadora en el  Colegio Salliver Infantil y publicado en el periódico el Búho, que es editado y distribuido en este centro de estudios.